CRUSTÁCEA

Mientras una copa del mejor vino de algas era compartida en una hermosa tarde de INSEADE, la curiosidad de lo profundo se fue despertando. Una mirada fija hacia el fondo y un sin fin de preguntas que, en sus respuestas, sólo incitaban a ir en búsqueda de lo desconocido, crearon la inquietud de ir a conocer lo que parecía ser un reino secreto. Con el único fin de descubrir algo nuevo, algo oculto, se emprendió el camino con destino a lo profundo.

Entre, lo que parecían ser voces que invitaban a seguirlas, de pronto se dibuja una puerta de algas doradas que se abre ante los ojos como recibiéndonos, permitiéndonos entrar a conocer un poco más de su misterio.

Hemos tirado el ancla y un pasillo largo que, invita abordarlo, se topa ante la vista para luego conducirnos por lo que parecen ser habitaciones de paredes de corales, sin duda, majestuosidad en cada esquina. ¿Quién habita ese reino secreto? ¿Por qué no se había oído de él antes?

Al fondo, una voz gruesa se deja escuchar:

- Bienvenidos a CRUSTÁCEA, llevamos mucho tiempo esperando esta visita.

Con una túnica elegante, de algas como envueltas por un tsunami, aparece el Rey, quien nuevamente deja salir su voz para decirnos: - La mesa está servida y un puesto es para ustedes.

Entre oro y lujo, fuimos sentadas. Servilleteros dorados y copas del cristal más fino, auguraban una velada maravillosa. Una mesa puesta y llena de intenciones, sueños y realidades, estaba esperando por nosotras hace un tiempo. ¿La razón de la invitación? Permitir que las ideas colonizaran nuestros ojos y pensamientos, ser las responsables de darles a conocer a ustedes un fragmento de ese paraíso, revelarles lo que oculta el reino secreto. Sean ustedes también, bienvenidos a CRUSTÁCEA. Descubran con nosotros los secretos del fondo del mar. ¡Buen viento y buena mar!

SRP

Polvobronce.